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sábado, 28 de diciembre de 2013

Cuento: El Caballito Triste


Hace muchos, pero que muchos años, vivía una niña en un pueblecito muy pequeño donde apenas había tiendas. Siempre había soñado con tener un caballito balancín. Un día su papá fue a la ciudad y le compró el caballito para su cumpleaños. Menuda alegría que se llevó su hija cuando lo vio. Lo colocó junto a la ventana para poder cabalgar viendo el paisaje.


Pasaron unas semanas y la niña se cansó del caballito y lo arrinconó. El caballito ya no podía ver el paisaje y nadie jugaba con él. Cada día que pasaba estaba más triste. Un día un amiguito de la niña estuvo comiendo en su casa y vio el caballito. - Me dejas jugar con el - preguntó el niño. Bueno, como quieras, a mí ya no me gusta. El niño montó en el caballo, pero éste no se balanceaba. Por más que el niño se movía el caballito estaba quieto. Muy asustado el niño salió en busca de su amiga. La niña, creyendo que era una broma entró y pudo comprobar que ya no podía cabalgar en su caballito. Revisando el caballito, vio que en su cara había unas lagrimitas. El caballito estaba triste pues nadie le hacía caso. La niña comprendió a su caballito, y se lo regaló a su amigo que tenía muchos hermanos. Así el caballito nunca más estuvo abandonado y siempre jugaban con él. Y además de ser muy feliz, hizo felices a todos los niños de la casa.


MENSAJE:

Algunas veces los juguetes que abandonamos, hacen felices a otros niños. Compártelos.



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