Dinah
es una de las niñas más bondadosas que han existido, pero es muy, muy perezosa.
No hay nada que le guste más que acurrucarse en un rincón cálido bajo el sol y
no hacer nada.
La
mamá de Dinah deseaba mucho que su hija aprendiera a leer, pero la profesora
que trató de enseñarle pronto se dio por vencida. "No sirve de nada",
dijo, "Dinah no va a aprender. No es tonta, pero es demasiado perezosa
para cualquier cosa".
Y
sucedió que, poco después de esto, un joven de Massachusetts llegó a la casa
donde vivía Dinah. Trajo consigo algo que nadie en el barrio había visto antes
- un par de patines.
Cuando
Dinah vio al joven correr sobre sus patines de un lado al otro de la plaza
quedó tan sorprendida que casi no sabía qué pensar. Ella corría tras él como un
gato, sus ojos negros brillando como nunca antes habían brillado.
Un día
el joven le permitió probar los patines. La niña estaba muy feliz y agradecida.
Por supuesto, se caía y revolcaba sobre el piso, pero no le importaba para
nada.
"Mira,
Dinah", dijo el joven, "Sé que mi tía ha estado tratando de enseñarte
a leer".
Dinah
respondió que por cierto lo había hecho.
"¿Por
qué no has aprendido?" - preguntó el joven. "No tienes que molestarte
en responder," dijo él, "era sólo porque eres demasiado perezosa.
Ahora bien, si para el primero de enero, tú aprendes a leer, te digo lo que voy
a hacer. Te enviaré el mejor par de patines que pueda comprar en Boston".
Qué
enormes se abrieron los ojos de Dinah. Por un momento no dijo nada, pero luego
exclamó decididamente: "Claro que voy a tener esos patines".
Y así
lo hizo. Cuando Dinah se concentraba en su trabajo siempre podía hacerlo bien,
no importa lo que fuera.
La profesora
a quien antes Dinah le había resultado una niña de tan difícil aprendizaje,
ahora no tenía problemas. Ante la más mínima señal de pereza, la palabra
PATINES era más que suficiente para hacerla concentrar instantáneamente en su
lección.
En la
mañana de Año Nuevo, ella recibió una caja rotulada en grandes letras de
imprenta:
SEÑORITA DINAH MORRIS,
Para entregar a: Sra. Lawrence Morris,
NEW ORLEANS, LA.
Si ella puede leer lo que está en el exterior de
esta caja, entonces puede quedarse con lo que contiene.
Y como
Dinah leyó cada palabra con claridad y rapidez, por supuesto obtuvo los
hermosos patines que la caja contenía. Y ahora, sentarse acurrucada al sol sin
hacer otra cosa, no es precisamente lo que más le gusta hacer.
MENSAJE:
A
veces hay que motivar un poco, para lograr lo que uno desea.
COMPRENSIÓN DE LECTURA:
NIVEL LITERAL
1.
¿Quién
es el personaje principal de este cuento?
___________________________________
2.
¿Cómo
era Dinah?
___________________________________
3.
¿Qué
le quería enseñar su mamá a Dinah?
___________________________________
4.
¿Qué
le vio Dinah al joven que llegó de Massachusetts?
___________________________________
5.
¿Qué
le prometió el joven a Dinah, si ella aprendía a leer?
___________________________________
6.
¿Qué
día le llegaron los patines a Dinah Morris?
___________________________________
NIVEL INFERENCIAL:
1.
¿Qué
valores encontramos en este cuento?
___________________________________
2.
¿Qué
enseñanza nos deja este cuento?
___________________________________
NIVEL CRÍTICO:
1.
¿Qué
hubieras hecho tú para que Dinah aprendiese a leer?
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2.
¿Crees
que hizo bien el joven el regalarle los patines? ¿porque?
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