Había una vez un tigre sin color.
Todos sus tonos eran grises, blancos y negros. Tanto, que parecía salido de una
de esas películas antiguas. Su falta de color le había hecho tan famoso, que
los mejores pintores del mundo entero habían visitado su zoológico tratando de
colorearlo, pero ninguno había conseguido nada: todos los colores y pigmentos
resbalaban sobre su piel.
Entonces apareció Chiflus, el
pintor chiflado. Era un tipo extraño que andaba por todas partes pintando
alegremente con su pincel. Mejor dicho, hacía como si pintara, porque nunca
mojaba su pincel, y tampoco utilizaba lienzos o papeles; sólo pintaba en el
aire, y de ahí decían que estaba chiflado. Por eso les hizo tanta gracia a
todos que Chiflus dijera que quería pintar al tigre gris.
Al entrar en la jaula del tigre, el
chiflado pintor comenzó a susurrarle a la oreja, al tiempo que movía su seco
pincel arriba y abajo sobre el animal. Y sorprendiendo a todos, la piel del
tigre comenzó a tomar los colores y tonos más vivos que un tigre pueda tener.
Estuvo Chiflus mucho tiempo susurrando al gran animal y retocando todo su
pelaje, que resultó bellísimo.
Todos quisieron saber cuál era el
secreto de aquel genial pintor. Chiflus explicó cómo su pincel sólo servía para
pintar la vida real, que por eso no necesitaba usar colores, y que había podido
pintar el tigre con una única frase que susurró a su oido continuamente:
"en sólo unos días volverás a ser libre, ya lo verás".
Y viendo la tristeza que causaba al
tigre su encierro, y la alegría por su libertad, los responsables del zoo
finalmente lo llevaron a la selva y lo liberaron, donde nunca más perdió su
color
MENSAJE:
La libertad es la parte fundamental
del ser, lo que le da color a la vida, y hay que respetarla siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario