Había una vez una bonita aldea. Un día ésta aldea
fue invadida por muchos ratones. Un flautista de visita por allí prometió sacar
a todos los ratones con su flauta mágica. El cobraría una moneda de UN SOL DE
ORO por este trabajo.
Entonces el flautista comenzó a pasear por
las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una maravillosa melodía
que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus escondrijos seguían
embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta. Y así,
caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano.
El flautista regreso, ya que cumplió su
promesa, pero el Alcalde y los aldeanos cegados por su avaricia no le pagaron.
Entonces el fautista tuvo una idea…
Furioso por la avaricia y la ingratitud del Alcalde y sus aldeanos, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente. Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la aldea quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico. Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres.
Furioso por la avaricia y la ingratitud del Alcalde y sus aldeanos, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente. Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la aldea quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico. Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres.
Nada lograron y el flautista se los llevó
lejos, muy lejos. En la aldea sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien
repletos graneros y bien provistas despensas.
Esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía aldea, donde, por más que busques, nunca encontrarás ni un ratón ni un niño.
Esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía aldea, donde, por más que busques, nunca encontrarás ni un ratón ni un niño.
COMPRENSIÓN
LECTORA:
1. ¿Quienes invadieron la aldea?
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2. ¿Quién prometió sacar a los ratones?
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3. ¿Cuánto cobraría el flautista por su trabajo?
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4. ¿Quién no cumplió con el pago?
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5. Al verse sin pago ¿Qué idea llevo a cabo el flautista?
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