En cierta ocasión un hombre muy
bueno tenía una hija muy linda se quedó viudo. Para cuidar mejor a su hija, que
era muy pequeña, decidió casarse con otra mujer la más altanera y orgullosa que
jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en
todo, eran caprichosas y muy
maleducadas.
Pero un día, este hombre murió.
Fue entonces cuando la madrastra y las dos hijas empezaron a tratar mal a la
pequeña Cenicienta. Así la llamaban porque siempre estaba sucia de ceniza de tanto
trabajar en la cocina.
La niña, que era muy amable y
linda, tenía que hacer los trabajos más cansados de la casa: fregar las ollas
de la cocina, barrer el suelo, dar a comer a los animales.
Una mañana, el correo del rey
anunció que se iba a realizar una gran fiesta en el castillo al que quedaban
invitadas todas las doncellas.
Al escuchar el mensaje, la
madrastra y hermanastras de Cenicienta se dieron prisa en vestirse con
elegancia para ir a la fiesta.
- ¡Cenicienta! ¡Prepara mi
vestido! -gritaba una de las hermanastras.
- ¿Dónde están mis zapatos?
-preguntaba la otra. Cuando llegó la hora de partir para el castillo todas se
marcharon, salvo la linda muchacha. Cenicienta, que deseaba conocer al
príncipe, se quedó llorando.
Fue en ese momento cuando apareció una
resplandeciente hada.
- ¿Por qué lloras, pequeña? -le
dijo con una voz dulcísima.
- Porque deseaba ir a la fiesta
-contestó la muchacha.
El hada le prometió que la
ayudaría. Para ello necesitaba una calabaza del huerto. Cuando Cenicienta se la
llevó, la convirtió en fantástico carruaje. A unos ratoncitos que correteaban
entre las plantas los convirtió en unos caballos blanquísimos y a una rata en
un cochero con grandes bigotes. Unas lagartijas que había en una ventana
terminaron siendo pajes. El hada tocó a la joven con su varita mágica y un
hermoso vestido cubrió a la muchacha al instante. Estaba lindísima con sus
zapatos de cristal.
- Cenicienta, puedes ir a la
fiesta ahora, pero vuelve antes de la medianoche, porque entonces desaparecerá
el encanto. No te olvides -le dijo el hada mientras la muchacha se dirigía al
castillo.
Al llegar hubo un gran murmullo
entre los invitados. Era tan linda que el príncipe se fijó enseguida en ella.
La joven no podía creer que el príncipe le pidiera bailar con él.
Las horas pasaron rápidamente y
el reloj, al fin, comenzó a tocar las doce campanadas. Al escucharlas,
Cenicienta salió corriendo, perdiendo uno de sus zapatos de cristal.
Cenicienta llegó a casa
sofocada, sin carroza, sin lacayos, con sus viejos vestidos, pues no le había
quedado de toda su magnificencia sino una de sus zapatillas, igual a la que se
le había caído.
Mientras tanto, los sirvientes
adjuntos del príncipe, preguntaron a los porteros del palacio si habían visto
salir a una princesa; dijeron que no habían visto salir a nadie, salvo una
muchacha muy mal vestida que tenía más aspecto de aldeana que de señorita.
Cuando sus dos hermanas
regresaron del baile, Cenicienta les preguntó si esta vez también se habían
divertido y si había ido la hermosa dama. Dijeron que sí, pero que había salido
escapada al dar las doce, y tan rápidamente que había dejado caer una de sus
zapatillas de cristal, la más bonita del mundo; que el hijo del rey la había
recogido dedicándose a contemplarla durante todo el resto del baile, y que sin
duda estaba muy enamorado de la bella personita dueña de la zapatilla. Y era
verdad, pues a los pocos días el hijo del rey hizo proclamar al son de
trompetas que se casaría con la persona cuyo pie se ajustara a la zapatilla.
Empezaron probándola a las
princesas, en seguida a las duquesas, y a toda la corte, pero inútilmente. La
llevaron donde las dos hermanas, las que hicieron todo lo posible para que su
pie cupiera en la zapatilla, pero no pudieron. Cenicienta, que las estaba
mirando, y que reconoció su zapatilla, dijo muy tímidamente:
-¿Puedo probar si a mí me calza?
Sus hermanas se pusieron a reír
y a burlarse de ella. El gentil hombre que probaba la zapatilla, habiendo
mirado atentamente a Cenicienta y encontrándola muy linda, dijo que era lo justo,
y que él tenía orden de probarla a todas las jóvenes. Hizo sentarse a
Cenicienta y acercando la zapatilla a su piececito, vio que encajaba sin
esfuerzo y que era hecha a su medida.
Grande fue el asombro de las dos
hermanas, pero más grande aún cuando Cenicienta sacó de su bolsillo la otra
zapatilla y se la puso. En esto llegó la madrina que, habiendo tocado con su
varita los vestidos de Cenicienta, los volvió más deslumbrantes aún que los
anteriores.
Entonces las dos hermanas la
reconocieron como la persona que habían visto en el baile. Se arrojaron a sus
pies para pedirle perdón por todos los malos tratos que le habían infligido.
Cenicienta las hizo levantarse y les dijo, abrazándolas, que las perdonaba de
todo corazón y les rogó que siempre la quisieran.
Fue conducida ante el joven
príncipe, vestida como estaba. Él la encontró más bella que nunca, y pocos días
después se casaron. Cenicienta, que era tan buena como hermosa, hizo llevar a
sus hermanas a morar en el palacio y las casó en seguida con dos grandes
señores de la corte.
MENSAJE:
Siempre hay que tener una
confianza firme en que obrar bien, tener paciencia y fe, al final tiene su
recompensa.
COMPRENSIÓN DE LECTURA
1. ¿Quién es el personaje
principal de este cuento?
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2. ¿Quiénes son los personajes secundarios de este cuento?
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3. ¿Porqué y con quién se casó el papá de la Cenicienta?
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4. ¿Qué paso cuando el papá de la Cenicienta murió?
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5. ¿Porqué le decían cenicienta a la niña huérfana? ¿Cómo era ella?
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6. ¿Qué labores de la casa le obligaban hacer a la Cenicienta?
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7. ¿El correo del Rey que anunció una mañana?
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8. ¿Quiénes partieron primero al castillo, para ir a la fiesta?
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9. ¿Quién ayudó a la Cenicienta a ir a la fiesta para conocer al Príncipe?
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10. ¿Porqué la Cenicienta de pronto salió corriendo de la fiesta?
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11. ¿Qué perdió la Cenicienta al salir corriendo de la fiesta?
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12. ¿Cómo llego a la casa la Cenicienta?
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13. ¿Qué proclamó el hijo del Rey, al son de trompetas?
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14. ¿Cómo descubrieron que era la zapatilla de la Cenicienta?
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15. ¿Qué hicieron la hermanastras al ver que la zapatilla encajaba en el
pie de la Cenicienta?
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16. ¿Cuál fue el final feliz de la Cenicienta?
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17. ¿Qué enseñanza nos deja este cuento?
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