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martes, 17 de febrero de 2015

Historia de los Amores de Carol - RB ABRACITOS


Había una vez una jovencita muy tranquila en su caminar, pero muy coqueta en su hablar, que vivía en la ciudad de Chiclayo, junto con su familia. Cierta vez conoció el amor, le inquieto tanto ese sentimiento que se enamoro de Daniel, un joven sin oficio ni beneficio, muy inquieto y con un recorrido razonable en el campo del amor, y ella  podríamos decir con  cero kilómetros de recorrido en ese campo.


Ella como toda primeriza moría por su primer amor, le mandaba mensajes, lo llamada a su móvil, le compraba sus caramelitos, lo llenaba de caricias y él contento, sonriente de oreja a oreja, ahí seguía “aprovechándose” de su nueva víctima.

Paso el tiempo y ella se desilusionó de él por que la había engañado. Ella se quería morir, pero San Pedro todavía no la quería recibir en el cielo. Además, encontró en sus amigos el apoyo necesario y se levantó; entonces comenzó a estudiar Gastronomía. Allí conoció más amigos, conoció más el mundo y logro superar esa terrible decepción amorosa, y por cosas del destino conoció a un joven estudiante de Aviación Comercial, que muy rápido le declaro su amor. Ella algo aturdida pero con el corazón contento, acepto, y desde ese entonces se hicieron enamorados.

Él venía todos los fines de semana por las tardes a su casa. Allí afuera en la puerta, Maxi, expresaba su amor de una manera muy particular, la aprisionaba contra todo lo que podía, así la aprisionaba contra la pared, contra la puerta, contra la vereda, contra el piso, pero nunca contra su voluntad, y ella allí sonriente y gozando del inquieto enamorado. A ellos no les importaba que sus vecinos los vieran, ellos estaban ensimismados en su mundo, en su burbuja de amor. Casi todos los viernes se repetía la misma escena.

Un día Carol les dijo a sus papás que quería casarse con Maxi, “El Aviador” como lo conocían ellos. Sus papas como era de esperarse pusieron el grito en el cielo y la llenaron de preguntas. ¿Con qué te va mantener?, ¡Él todavía no es nada en la vida!, ¡Tú tampoco!, ¡Son unos mocosos, que no saben de la vida!, ¡Ah, y lo más importante, él no nos cae bien!, …¡Nos escuchaste jovencita, nuestra respuesta es NO!. Ella muy triste y abrumada salió corriendo sin rumbo, cruzo la avenida sabe Dios como, pero la cruzo, llego a un cruce donde una Mototaxi la arrolló, la arrastró unos metros y la dejó mal herida e inconsciente. Los transeúntes que pasaban por el lugar la auxiliaron y la llevaron de emergencia al hospital, allí estuvo en cuidados intensivos por varios interminables días.

Sus papas se sentían culpables por lo que le había pasado, ya no tenían reparos en que su hija se case con “El Aviador”, y como era de esperarse Maxi estaba triste por lo que le había pasado a su amada, pero sus ojitos brillaban cada vez que pasaba por su mente la idea de casarse con Carol después de superar el accidente.

Sucedió que un día ella despertó del coma y poco a poco fue recuperando la memoria. Los papás estaban felices con el milagro y Maxi también, hasta que transcurrió un mes y Carol ya se podía valer por sí sola. Un día vio a Maxi y le dijo:
−  ¡Amigo!, ¿Quién eres tú?,  −¿Qué haces aquí?, −¿Quién te ha llamado?, −¡Habla rápido!, −¿Qué quieres?, −¡Por favor, vete!, −¡No quiero estar sola con extraños!.
Maxi se quedo boquiabierto, no lo podía creer, así triste, meditabundo, cabizbajo y taciturno abandonó el hospital.

Hasta que llego el día que a Carol le dieron de alta, por fin llegó a su casa, a su dulce hogar. Allí mamá, papá y Carol conversaron largo y tendido. En esa conversación el papá le dice a Carol:
−  ¡Bien hijita, hemos entendido que amas a Maxi!, −¡Así, que tienes nuestro consentimiento!
Carol muy sorprendida dijo:
−¿De qué hablas papá?, −¡Yo no conozco a ningún Maxi!, − ¡Yo soy muy joven aún para casarme!, −¡Además, yo amo a Daniel!
Sus papas al unísono exclamaron:
−¡Mira Carol, preferimos verte sola, o que venga una ola y te lleve lejos, antes de verte casada con ese bueno para nada!

Pasaron los años y Carol por fin pudo ser feliz. Conoció al amor de su vida, a su media naranja, a su “cuchi cuchi”, conoció a Jorge, un joven Chef, apuesto, muy trabajador y con un alto sentido del humor, que sin dudarlo y sin pérdida de tiempo se caso con Carol. Tuvieron 2 hijitos y vivieron muy felices haciendo lo que más les gusta.

Autor: Rusvel Benavente Vilca. 2015. Chiclayo - Perú



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