Translate

lunes, 13 de marzo de 2017

Bienvenidos Mis Años Dorados - ABRACITOS


Había una vez un señor llamado Rusvel Benavente, que vivía en una hermosa y calurosa ciudad del norte del país. Allí pasó bellos y gratos momentos junto con su familia y amigos. En cierta ocasión se reunieron un grupo de amigos y comenzaron a hablar de la edad, cuando le preguntaron a don Rusvel por su edad, el respondió:
—¡Yo tengo 49 años!
—¡Uy caray, estoy cerca de cumplir 50 años!
Sus amigos al escuchar eso, le dijeron:
—Hay que dar gracias a Dios por permitirnos vivir medio siglo, porque aquí casi todos somos promoción.
Y así entre ese y otros temas se termino esa amena conversación.

Cuando ya faltaban 10 días para cumplir los 50 años, don Rusvel pensaba:
—Ya han pasado casi 50 años, y creo que he cumplido con tener una familia que adoro, a la cual  no le falta nada.
—Pero quisiera vivir más para ver a mis nietos correr, charlar con ellos, en fin, quiero vivir más años. ¿Cómo lo hago?

Un día estando en el parque principal de la ciudad de Chiclayo, se encontró con don Roberto, con quien converso largo y tendido, Allí en esa conversación don Rusvel le comento que iba a cumplir 50 años y que quería vivir más años para gozar a sus nietos o que quería detener el tiempo.  Don Roberto al respeto le dijo:
—Mira compadrito, no se preocupe por la edad; por lo que se debería preocupar es por tener vida y salud, y para eso hay que cuidarse y comer naturalmente y por su puesto  hacer sus ejercicios.
Entonces don Rusvel le dijo:
—Tienes muchas razón Roberto, te hare caso.

En otra ocasión se encontró por la calle con don Rigoberto, un conocido de él que llevaba una vida agitada y muy desordenada el cual le dijo:
—¡Me he enterado que vas a cumplir 50 años Rusvel!. La verdad que tener 50 años significa estar viejo amigo, yo te aconsejaría que vayas redactando tu testamento, porque ya con esa edad no se puede estar seguro en esta vida.
Don Rusvel al escuchar esas duras palabras se despidió rápido de Rigoberto, se dirigió muy deprimido a su casa. Allí se fue directo a su dormitorio.
Su esposa que lo vio ingresar fue rauda a ver qué sucedía con su adorado esposo. Toco la puerta y no respondía; insistió varias veces hasta que por fin pudo entrar a conversar con Rusvel.  Allí conversaron casi toda la tarde, hasta que de ese dormitorio salió un señor risueño, totalmente positivo y con muchas ganas de vivir.

Pasaron los días y cuando faltaba un día para cumplir los 50 años, don Rusvel volvió a caer deprimido y para mala suerte se topó en su camino con un amigo que también estaba próximo a cumplir 50 años. Así que los dos caminaron conversando sin rumbo casi todo el día. Su amigo y compañero de caminata, don Ruperto le pregunto a Rusvel:
— ¿Quién es el responsable que nos manda los 50 años?
—Cada año de vida, nos lo manda el señor Tiempo que está casado con la señora Vida. Ellos son los responsables de nuestras edades, respondió Rusvel.
— ¡Ah ya!, tengo una idea dijo don Ruperto.
—Cuando venga el Señor Tiempo trayéndonos los 50 años, no lo dejamos pasar y listo.
—Ruperto así no son las cosas. Todo está programado en la vida, los años te llegan ese día quieras o no.
—Entonces, ¿Qué hacemos?, exclamó don Ruperto.
—¡Nada, nada de lo que tú piensas podemos hacer!. Mira hay que ser inteligentes. Prepara a tu mente para recibir los 50 años, nada más podemos hacer. Pero a pesar de saber lo que tenía que hacer, don Rusvel seguía con una depresión por la proximidad de su cumpleaños número 50.

Luego, ambos regresaron muy de noche a sus casas. Don Rusvel, fue recibido por su esposa y sus hijos. Gracy la última hija le dijo:
—Papi, ¿Dónde has estado?, hemos estado muy preocupados por ti. Te notamos triste, aunque lo niegues. Si te preocupa la llegada de tus 50 años, yo te voy a decir algo:
—A nosotros tus hijos, tu familia, nos importa solamente tú. No nos importa si eres joven, adulto o anciano. Te queremos a ti tal cual cómo eres, con años de más o con años de menos. Eso tenlo siempre presente. Mañana que es tu cumpleaños estaremos todos unidos y nos divertiremos contigo, y nadie te quitara lo bailado, lo comido y todo aquello bonito que haremos mañana. Así que ánimo y a descansar, que mañana será un lindo día.

Don Rusvel con el rostro totalmente iluminado por las sabias palabras de su princesa, abrazo a su hijita y a toda su familia y dijo:
—Es verdad hijita todo lo que dijiste. Me has hecho reflexionar a pesar que eres pequeñita. Mañana estaré listo para recibir como se merece mis años dorados.

Al día siguiente don Rusvel lo primero que hizo fue agradecer a Dios por darle unos años maravillosos y a su familia por estar ahí siempre unida. Luego exclamo: ¡Bienvenidos mis 50 Años!. Y así don Rusvel celebro con mucha alegría y con toda su familia su cumpleaños número 50, dejando atrás todas esas dudas y tristezas  y lo pasó mejor de lo que él se había imaginado para felicidad de todos, y así vivieron felices para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario