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viernes, 27 de diciembre de 2013

Cuento: La Zorra y las Uvas


Había una vez una zorra que llevaba casi una semana sin comer, había tenido muy mala suerte, le robaban las presas y el gallinero que encontró tenía un perro guardián muy atento y un amo rápido en acudir con la escopeta.

Ciertamente estaba muertecita de hambre cuando encontró unas parras silvestres de las que colgaban unos suculentos racimos de doradas uvas, debajo de la parra había unas piedras, como protegiéndolas.—Al fin va a cambiar mi suerte, —pensó relamiéndose—, parecen muy dulces. 

Se puso a brincar, intentando alcanzarlos, pero se sentía muy débil, sus saltos se quedaban cortos los racimos estaban muy altos y no llegaba. Así que se dijo: —Para que perder el tiempo y esforzarme, no las quiero, no están maduras.

Pero resulta que si la zorra hubiese trepado por las piedras parándose en dos patas hubiese alcanzado los racimos, esta vez le faltó algo de astucia a doña zorra, parece ser que el hambre no la dejó pensar.


MENSAJE:

Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea pero pensando primero que es lo que queremos y como conseguirlo. No hay que darnos por vencidos tan fácilmente.



Cuento: LA ZORRA Y LAS UVAS v.2 


En un bosque muy lejano, al llegar el mediodía, una zorra muy hambrienta iba buscando su comida. Sin ningún inocente animalillo que llevarse a la boca, se encontró con una hermosa y frondosa parra, de la que colgaban unos hermosos y apetecibles racimos de uvas.

Tanta era el hambre que tenía, dejo de pensar en otras presas y se concentró en dar con la forma de alcanzar este pequeño manjar. 

Primero intentó saltar todo lo alto que pudo para llegar a la primera uva del racimo y tirar de él hacia abajo, pero no consiguió rozar tan siquiera su objetivo. Después, se le ocurrió la gran idea de trepar por su tronco y comer todo lo que estuviera a su alcance, pero sus uñas no eran lo suficientemente fuertes para agarrarse a la parra.

Tras muchos intentos, en los que únicamente conseguía un fracaso tras otro, dijo en voz alta:
-No pienso perder un minuto más para atrapar unas uvas que no están ni siquiera maduras.


MENSAJE:


Si hay algo que no consigues tras muchos intentos, no debes impacientarte, pues siempre hay otras alternativas para alcanzar nuestros objetivos.



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