Alfonsito un humilde niño, nacido en Ramis, un pueblo andino del sur del
Perú, siempre que se acercaba la navidad este niño le pedía a su papá Alfonso,
le regalara un carrito, una pelota de fútbol, o una espada mágica; pero como su
papá era muy pobre no le podía conceder esos regalitos; entonces Alfonsito se
tenía que contentar con jugar con una pelota de trapo y un carro hecho de un
ladrillo. Por las noches contemplaba la luna y las estrellas.
Cuando su familia se fue a vivir
a la ciudad de Arequipa, porque su papá hacía labores de Jardinero en la casa
de Don Jonh Smith; Alfonsito veía jugar a los niños de la familia del Patrón
con juguetes muy caros y muy bonitos, y más aún cuando él se acercaba a mirar,
Jonhcito el hijo del patrón le decía: ¡Deja mi juguete!, ¡no lo toques!, ¡dile
a tu papá que te compre!, lo cual lo hacía sentir muy triste y se iba corriendo
a su cuarto y se ponía a llorar.
Cuando ya la navidad se acercaba, el niño Alfonsito estaba enfurecido y
muy fuera de sí, y decía para sí: ¡Yo no quiero que llegue la navidad!;
entonces llevo a cabo una idea que rondaba por su cabeza, la cual puso en
práctica. Todas las noches ingresaba a
las casas y se robaba los juguetes, sin dejar ninguno, así continuo noche a
noche hasta que le tocó robarse los juguetes de Jonhcito, al cual no le dejo ni
las bebidas, ni cena de navidad. Luego, se fue a dormir.
Ya llegaba la noche buena y cuando la familia del señor Jonh Smith
iba a servir la cena no encontró nada,
fueron a ver los juguetes y tampoco encontraron nada. Todos en la casa se sorprendieron al encontrar la casa sin
regalos, se miraron unos a otros y no
encontraban respuesta, entonces Don Jonh Smith dijo: ¡Alguien nos ha querido
dar una lección! Y ¡tiene mucha razón!, y prosiguió diciendo:
Y para finalizar dijo: Aunque se pierdan otras cosas entre ellos los
regalos, no perdamos nunca esa alegría y esa sonrisa de haberlo compartido todo
con quienes menos tienen. Mejor que todos los regalos, es contar con la presencia
de una familia feliz.
Desde ese momento todos se abrazaron, todos se desearon ¡Feliz Navidad!,
y de pronto todos miraron al que menos tenia, a Alfonsito y con lágrimas en sus
ojos lo abrazaron, le dijeron que los perdonara, le regalaron aquellos regalos caros que habían traído consigo para
sus hijos; Jhoncito también lo abrazó muy fuerte, y fue entonces que Alfonsito
muy emocionado dijo: ¡Papi Alfonso!, ¡entonces la navidad no es el árbol ni el
panetón, ni los regalitos que pondrás, la Navidad es un Don que se da y nada más!; sí a sí
es hijito, respondió Don Alfonso y agregó; ¡esa es la navidad!, ¡llena de
emociones y de mucha humildad!; entonces Alfonsito volvió a decir: ¡si así es
la navidad, entonces no quiero que nunca se termine!. ¿Si papi?, entonces don
Alfonso nuevamente dijo: ¡No te preocupes hijito, la Navidad nunca se
terminará en nuestro hogar!.
Desde ese día
Alfonsito vivió más querido por todos, y todos vivieron muy felices.
¡Y Giovannín
Colorado, espera que este cuento te haya gustado!
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