Una familia del centro del Perú, criaba en su casa
muchos animales domésticos, entre los que se encontraba “Michino”, un gato enorme
y fuerte de unos 10 kilos de peso. Este gato era muy apreciado por sus amos,
por que mantenía la casa libre de roedores. También le gustaba jugar, pero eso
sí, cuando se enfurecía era muy “bravo”, “muy malo”, “muy agresivo”.
Cierto día, “Michino”, se molestó mucho con su ama,
una señora, que no le dio la porción de carne que acostumbraba comer. Fue
entonces que “Michino” se enojo y comenzó a bufar muy fuerte, y el felino
empezó a tener actitudes agresivas contra el menor y luego contra la pareja.
Tanto así, que
los dueños de la casa ante tal amenaza se asustaron, y tuvieron que
refugiarse en una de las habitaciones de su casa junto con su hijo menor.
Literalmente el gato había conseguido “secuestrar” a sus amos.
Al no poder controlar la situación, llamaron a la
policía para que neutralice al animal y así poder salir. El sargento Ramiro Gatuzzo,
precisó que mientras atendían la llamada de emergencia se escuchaba bufar al
gato.
Los policías tuvieron que usar un aparato para
controlar perros para así capturar al gato y luego colocarlo en una jaula.
Esta fue la primera vez en que el felino llegó a esos
extremos de agresividad. Los dueños de
la mascota aseguraron que, pese a este incidente, igual quieren a su gato.
MENSAJE:
Los animales, nunca pierden su instinto “irracional”.
Por eso, nunca hay que confiar en ellos totalmente.
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