Pili, era una niña pecosita que tenía muchas
ganas de ir a la escuela, pero no podía, porque vivía muy lejos. Su casa estaba
en lo alto de un cerro, muy lejos de la ciudad.
Un día estaba Pili, observando la naturaleza, cuando de repente, vio suspendida en el aire a una mujer muy bella.
-¡Hola! niña, ¿Cómo te llamas?, le pregunto
aquella mujer.
-¡Hola!, me llamo Pili, pero ¿quién es usted?
-Yo soy tu Ada Madrina, y he venido, porque
un pajarito me dijo que querías ir a la escuela, pero que por tu lejanía no
podías ir. He venido a ayudarte Pili.
-Deberás! ¿Es usted una Ada Madrina, a la que
le puedo pedir todos los deseos que quiera? Le dijo Pili a la Ada.
-¡Sí!, contesto el Ada.
Entonces, Pili pidió que si podía tener una bicicleta
para poder ir a la escuela.
Y por supuesto, la Ada Madrina la concedió
todo lo que Pili pidió. Así la niña pudo asistir a las clases y conocer a
muchos amiguitos.
Los padres de Pili, no podían creer que su
pequeña hija tenía una Ada Madrina cuidando de ella.
El Ada siempre estuvo al pendiente de aquella
niña pecosita a la que todos querían en la escuela y en todo el pueblo.
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