Cierto día a la muerte del guardián de un monasterio
Zen-Budista. El Gran Maestro convocó a
todos sus discípulos para determinar quién sería el nuevo centinela.
-¡Asumirá el puesto de Guardián del Castillo, el primer
monje que resuelva el problema que les voy a presentar!.
Entonces el Maestro colocó en medio del enorme salón un florero de porcelana reluciente con una
rosa amarilla de extraordinaria belleza.
-¡Aquí está el problema!.
Todos quedaron desconcertados. El florero bellísimo con la maravillosa flor al centro.
-¿Qué representaría? -¿Qué hacer? - ¿Cuál será el enigma?
Minutos después uno de los discípulos saco la espada, miro a su Maestro y a sus
compañeros, se dirigió al centro de la sala y -¡Crash! destruyó todo con un
solo golpe e inmediatamente después regresó en paz a su lugar.
-¡Has eliminado el problema!, -¡Tú serás el nuevo Guardián
del Castillo!.
MENSAJE DE
ENSEÑANZA
A veces perdemos mucho tiempo contemplando el problema,
lamentándonos de su existencia. Debemos eliminar cualquier problema por más hermoso que este parezca ser, para que no ocupe un lugar inútil en
nuestras vidas.
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